TIERRA, CIELO Y MAR
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TIERRA, CIELO Y MAR DE GIJÓN
DON CARNAL Y DOÑA CUARESMA
Publicada el 21 febrero, 2021 por migonsua
En el Libro del Buen Amor, texto medieval
español redactado alrededor de 1330, Juan Ruíz, Arcipreste de Hita, nos habla
del significado simbólico de la Pascua y la Cuaresma a partir de una simpática
alegoría.
Aquí tenemos el relato adaptado para los
niños y niñas:
«Hace mucho, mucho tiempo, en un lejano
pueblo, gobernaba don Carnal, el rey del Carnaval. Todos los años, por estas
fechas, aparecía disfrazado y permitía a todo el mundo divertirse de la manera
que cada uno quisiese. Y todos, como si estuviesen embrujados, lo hacían. Unos
pasaban días y noches bailando, otros aprovechaban para disfrazarse y cometer
fechorías ocultos tras sus máscaras, algunos hacían batallas de naranjas,
tomates y huevos, y había quienes comían y comían sin parar. También les daba
por gastar bromas pesadas a los demás… Como veis, lo que iba a ser algo
divertido, acabó convirtiéndose en algo desordenado y peligroso.
Todo este jaleo no gustaba a doña
Cuaresma, que era una vieja de siete piernas, poco comedora y nada amiga de
tanta fiesta. Ella siempre lo advertía: «Esto no es bueno, se desperdicia mucha
comida, las bromas son muy peligrosas, se cometen muchos robos… Hay que parar
todo esto o va a ocurrir una desgracia».
Don Carnal no hacía caso alguno: «¡Bah!,
eres una vieja sosa, aburrida y envidiosa. ¡Vete a tu casa a comer tu bacalao y
déjanos divertirnos!».
En vista de que don Carnal no le hacía
ni caso y temerosa de que algo grave ocurriese, doña Cuaresma decidió luchar
contra el reinado de don Carnal a su manera. Mientras él trataba de llevarse a
la gente de fiesta y les animaba a cometer maldades, ella intentaba deshacer el
embrujo, convencerles de que aquello no era bueno, de que había que
tranquilizarse. Muchos días estuvo doña Cuaresma intentando que la gente lo
entendiese, porque, atraídos por tanta diversión, se dejaban llevar por don
Carnal. Pero poco a poco, quizás cansados ya de tanta fiesta, los habitantes
del pueblo se fueron poniendo del lado de doña Cuaresma, hasta que no quedó
nadie que siguiese a don Carnal, que se encontró sólo y aburrido.
Cuando todos se dieron cuenta de los
destrozos, la suciedad y los robos que se habían cometido, declararon a don
Carnal culpable de todo ello y le impusieron un castigo: sólo podría comer
espinas de pescado y espinacas durante los cuarenta días que durase el reinado
de doña Cuaresma. Durante esos cuarenta días, como habían desperdiciado tanta
comida, tendrían que comer sopas con aceite, agua y verduras y sólo los
domingos podrían comer pescado.
Y es por ello que, para poner fin al
reinado de don Carnal, celebraron el «Entierro de la Sardina», y con la sardina
enterraron las maldades cometidas y comenzaron una nueva vida en la que
tendrían que recuperarse de tanta diversión inconsciente y arreglar los
destrozos producidos, aprendiendo a convivir y divertirse en paz».